


Buffalo - Veteran helping Veterans
Written by Megan Juba

Buffalo sits on a folding chair in the Murdoch’s parking lot next to his dented BMW, donated to him years ago. On white plastic tables he has carefully displayed his silhouette painted rocks and signs that say things like, “No Cure for Stupid.” There is a faded and bent business card duct taped in the center that reads “Vets for Vets,” with his personal phone number. Each piece of art costs ten dollars and has been crafted by his own hands.
Buffalo laughs and pats his belly, “I’m not as aerodynamic as I once was.” If it weren’t for his huge smile, he could be somewhat intimidating – a large man, wearing full camo, a dark Army cap, and a cane propped next to his folding chair, which he jokes he’d hit you with if needed. He has been called “Buffalo” since the age of 17 because only a buffalo could have survived what he has in his lifetime. But, he is the softest buffalo you’ll ever meet. Each person that comes to his table sees themselves in his reflective sunglasses and ends up telling a piece of their own story to him in turn. Each conversation starts with a smile and a sarcastic comment like, “I’m a hell of a guy, just ask me” and ends with Buffalo leaning sideways on his chair to put bills into his worn leather wallet and a sincere, “Thank you for supporting the veterans.”
Vets for Vets was formed over drinks with two friends. “We met to get drunk because we are all in the same squad. There was a guy who came by who needed some help and we each gave him some money.” He looks at his arms and goosebumps raise there. He smiles and shakes his head and says, “It just felt so good!” It was decided that “we would use our individual skills and raise money to help other veterans.” Money raised buys a vet’s family a Christmas – the tree, decorations, full meal and all gifts. Buffalo goes to businesses to buy gift cards and their generosity in giving him more than what he asks makes him emotional, for the first time he brings his glasses down to wipe his wet blue eyes. He also takes veterans in wheelchairs to Walmart so they can buy new clothes. Using his cane to push himself a little taller, he sits up with pride and a seriousness in his voice he says, “Watching that monkey jump off the veteran's back is such a feeling.”
Escrito por: Megan Juba
Título: Veteranos para Veteranos
Cita: “Soy un gran tipo. Solo pregúntame."
Descripción del narrador: Veterano ayudando a veteranos
Buffalo se sienta en una silla plegable en el estacionamiento de Murdoch junto a su abollado BMW, el cual le donaron hace años. Sobre mesas de plástico blanco, exhibe cuidadosamente sus rocas pintadas y letreros que dicen cosas como: “No hay cura para los estúpidos”. Hay una tarjeta de presentación descolorida, pegada con cinta adhesiva en el centro que dice "Veteranos para Veteranos", con su número de teléfono. Cada obra de arte cuesta diez dólares y ha sido elaborada por el.
Buffalo se ríe y se da palmaditas en la barriga: “Ya no soy tan aerodinámico como antes”. Si no fuera por su enorme sonrisa, podría ser algo intimidante - un hombre grande, vestido todo de camuflaje, con una gorra militar oscura y un bastón junto a su silla, con el que bromea que podría golpearte si fuese necesario. Lo han llamado “Buffalo” desde los 17 años porque solo un búfalo podría haber sobrevivido lo que él ha sobrevivido en su vida, pero él es el búfalo más suave que jamás haya conocido. Cada persona que se acerca a su mesa se ve reflejada en las gafas de sol de él y a su vez acaba contándole una parte de su propia historia. Cada conversación comienza con una sonrisa y un comentario sarcástico como, "Soy un gran tipo, solo pregúntame" y termina con Buffalo inclinándose hacia un lado para poner billetes en su gastada billetera de cuero y un sincero, "Gracias por apoyar a los veteranos”.
Veteranos para Veteranos se formó cuando se tomaba unas copas con dos amigos. “Nos reunimos para emborracharnos porque todos estábamos en el mismo grupo. Pasó un tipo que necesitaba ayuda y cada uno de nosotros le dimos algo de dinero”. Se mira los brazos y se le pone la piel de gallina. Él sonríe, sacude la cabeza y dice: "¡Se sintió tan bien!" Se decidió que “usaríamos nuestras habilidades individuales y recaudaríamos dinero para ayudar a otros veteranos”. El dinero recaudado le compra a la familia de un veterano una Navidad - el árbol, las decoraciones, comida completa y todos los regalos. Buffalo va a los negocios a comprar tarjetas de regalo y la generosidad al darle más de lo que el pide, lo emociona, por primera vez baja sus gafas para secarse sus ojos azules. También lleva a veteranos en sillas de ruedas a Walmart para que puedan comprarse ropa nueva. Usando su bastón para hacerse un poco más alto, se sienta con orgullo y con voz seria dice: "Ver al veterano quitarse ese peso de la espalda es una gran sensación".